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Hacia nuevas formas de contratar

LONDRES – Nunca ha sido fácil saber con certeza si alguien será la persona adecuada para un puesto de trabajo hasta que esté desempeñándolo. Por eso, a veces el proceso de contratación implica un salto de fe para candidatos y empleadores por igual; sobre todo ahora que la escasez de mano de obra y el ritmo de cambio de las tecnologías restan eficacia a las prácticas de contratación tradicionales. Las empresas necesitan nuevos métodos para evaluar el talento, y deben reforzar el desarrollo de habilidades mediante la capacitación en el puesto de trabajo.

Lo primero que deben hacer es comprender mejor la forma en que las personas pasan de un empleo a otro y lo que ese proceso implica para ellas. En una investigación reciente, el McKinsey Global Institute examinó millones de historiales profesionales anónimos y ofertas de trabajo en cuatro grandes economías (Estados Unidos, Alemania, el Reino Unido y la India) para ver de qué manera la gente acumula habilidades durante sus carreras. El estudio determinó que casi la mitad del ingreso vitalicio medio de las personas depende de la adquisición de habilidades y de la obtención de puestos de trabajo más adecuados, como resultado de la experiencia laboral. Y la proporción suele ser mucho mayor para las personas sin título universitario que empiezan en trabajos poco remunerados.

Por ejemplo, en la India la experiencia profesional se corresponde con más del 90% del ingreso vitalicio de los trabajadores que comienzan sus carreras como operadores de equipos de construcción, pero menos del 30% en el caso de los profesionales de la salud, cuyo ingreso vitalicio depende ante todo de la educación. Para quienes empiezan en empleos poco remunerados, hacer cambios de carrera estratégicos y aprender por el camino es el mejor modo (y a menudo el único) de aumentar los ingresos con el correr del tiempo.

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