LONDRES – El mes próximo, cuando los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de más de 180 países se congreguen en Washington, para las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, se enfrentarán a un orden económico global bajo una tensión cada vez mayor. Al no haber ofrecido la prosperidad económica inclusiva de la cual es capaz, ese orden es objeto de crecientes dudas -y desafíos en alza-. A menos que se corrija el curso, los riesgos de que el orden de hoy conduzca a un no-orden económico mundial no harán más que intensificarse.
El actual orden económico internacional, encabezado por Estados Unidos y sus aliados luego de la Segunda Guerra Mundial, está apuntalado por instituciones multilaterales, entre ellas el FMI y el Banco Mundial. Estas instituciones fueron diseñadas para cristalizar las obligaciones de los países miembro, y representaban un conjunto de prácticas adecuadas en materia de política económica que evolucionaron hasta llegar a lo que se conoció como el "Consenso de Washington".
Ese consenso estaba arraigado en un paradigma económico que apuntaba a promover interacciones de beneficio mutuo entre los países, haciendo hincapié en la liberalización del comercio, los flujos transfronterizos de capital prácticamente sin restricciones, la libre fijación de precios y la desregulación doméstica. Todo esto estaba en un marcado contraste con lo que se desarrollaba detrás de la Cortina de Hierro y en China en la primera mitad del período de posguerra.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account?
Log in
LONDRES – El mes próximo, cuando los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales de más de 180 países se congreguen en Washington, para las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, se enfrentarán a un orden económico global bajo una tensión cada vez mayor. Al no haber ofrecido la prosperidad económica inclusiva de la cual es capaz, ese orden es objeto de crecientes dudas -y desafíos en alza-. A menos que se corrija el curso, los riesgos de que el orden de hoy conduzca a un no-orden económico mundial no harán más que intensificarse.
El actual orden económico internacional, encabezado por Estados Unidos y sus aliados luego de la Segunda Guerra Mundial, está apuntalado por instituciones multilaterales, entre ellas el FMI y el Banco Mundial. Estas instituciones fueron diseñadas para cristalizar las obligaciones de los países miembro, y representaban un conjunto de prácticas adecuadas en materia de política económica que evolucionaron hasta llegar a lo que se conoció como el "Consenso de Washington".
Ese consenso estaba arraigado en un paradigma económico que apuntaba a promover interacciones de beneficio mutuo entre los países, haciendo hincapié en la liberalización del comercio, los flujos transfronterizos de capital prácticamente sin restricciones, la libre fijación de precios y la desregulación doméstica. Todo esto estaba en un marcado contraste con lo que se desarrollaba detrás de la Cortina de Hierro y en China en la primera mitad del período de posguerra.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in