Las consecuencias geopolíticas de la crisis financiera

PRINCETON – Los preocupados inversionistas y encargados del diseño de políticas están obsesionados con las analogías de la Gran Depresión. Pero las lecciones de 1931 sólo son parcialmente financieras o económicas. La crisis de 1931 fue tan grande y destructiva porque fue un drama financiero que se llevó a cabo en un escenario geopolítico.

En las discusiones actuales están surgiendo dos conclusiones sorprendentes, pero sólo se ha digerido plenamente una de ellas. En primer lugar, se necesitan medidas importantes del sector público. En segundo lugar, esas medidas se complican porque en un mundo globalizado la necesidad de asistencia rebasa las fronteras.

Se han intentado soluciones del sector privado, pero éstas han fracasado en un plazo impresionantemente corto. El consuelo más frecuente de esos fracasos es que una crisis verdaderamente grave tiene efectos purgantes. Las empresas insolventes cierran, los créditos fallidos se cancelan y los prestamistas pueden dar créditos de nuevo con una confianza renovada.

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