Quarantine ward Tim Brakemeier/Getty Images

Prevengamos la próxima pandemia

SYRACUSE – Los últimos brotes de enfermedades como el ébola y el zika han demostrado la necesidad de anticiparse a las pandemias y contenerlas antes de que aparezcan. Pero la enorme diversidad, resiliencia y transmisibilidad de las enfermedades mortales también pone de manifiesto en los términos más duros las dificultades inherentes a la contención y la prevención.

Una amenaza a la capacidad de prepararnos es el grado de conexión actual. Los brotes masivos de dengue, chikungunya y zika que hubo estos años en el continente americano y el Caribe fueron posibles por la facilidad que hay hoy para los viajes internacionales, que permitió a esos virus viajar como polizones de Oriente a Occidente. Pero hay otra amenaza más mundana: la incapacidad para ponernos de acuerdo en cuestiones de dinero. Cualquiera sea la razón, el hecho es que mientras los seres humanos no consigamos organizar una defensa colectiva e integral, las enfermedades infecciosas seguirán causando estragos, con consecuencias desastrosas.

La creación de una estrategia eficaz de prevención y contención (la biopreparación) es el mejor modo de reducir la amenaza de contagio global. Para estar preparados es necesaria una coordinación entre agencias y proveedores de fondos, que permita crear redes para un veloz despliegue y una administración accesible de vacunas, fármacos y protocolos que limiten la transmisión de la enfermedad. En pocas palabras, prepararse para la próxima pandemia implica no sólo crear capacidad global, sino también financiarla.

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