LONDRES – Antes de ser presidente de Estados Unidos, Donald Trump construyó un personaje de telerrealidad cimentado en el slogan “Estás despedido”. Ahora, es él a quien el pueblo estadounidense despidió de su cargo. Y, la derrota de Trump también ha asestado un golpe demoledor a los populistas nacionalistas en Europa y otros lugares. ¿Podría llegar a ser letal este golpe?
Los pantanos que fecundan el nacionalismo populista no han sido drenados. Demasiadas personas siguen frustradas por la pérdida percibida (o esperada) de su condición económica y social, y se sienten ignoradas o difamadas por los políticos de la corriente principal. El estancamiento salarial, la desindustrialización y la injusticia económica continúan siendo desafíos serios. Muchas personas están convencidas de que la inmigración y el cambio cultural representan una amenaza para su seguridad y forma de vida. La crisis del COVID-19 ha agravado estas ansiedades.
La persistencia de estos temores y frustraciones se reflejó en el resultado de las elecciones estadounidenses. Si bien el presidente electo Joe Biden obtuvo una cifra en las urnas que sobrepasa por más de cinco millones de votos la obtenida por Trump (una ventaja de 3,4 puntos porcentuales), más de 72 millones de estadounidenses aún emitieron su voto a favor del presidente saliente.
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Following the latest G20 summit, the G7 should be thinking seriously about deepening its own ties with more non-aligned countries. If the Ukraine war drags on, and if China continues to threaten to take Taiwan by force, the G20 will be split between friends of the BRICS and friends of the G7.
sees the grouping as increasingly divided between friends of the G7 and friends of China and Russia.
To prevent catastrophic climate change and accelerate the global transition to a net-zero economy, policymakers and asset owners urgently need to rethink how we channel capital at scale. The key is to develop new financial instruments that are profitable, liquid, and easily accessible to savers and investors globally.
explain what it will take to channel private capital and savings toward sustainable development.
LONDRES – Antes de ser presidente de Estados Unidos, Donald Trump construyó un personaje de telerrealidad cimentado en el slogan “Estás despedido”. Ahora, es él a quien el pueblo estadounidense despidió de su cargo. Y, la derrota de Trump también ha asestado un golpe demoledor a los populistas nacionalistas en Europa y otros lugares. ¿Podría llegar a ser letal este golpe?
Los pantanos que fecundan el nacionalismo populista no han sido drenados. Demasiadas personas siguen frustradas por la pérdida percibida (o esperada) de su condición económica y social, y se sienten ignoradas o difamadas por los políticos de la corriente principal. El estancamiento salarial, la desindustrialización y la injusticia económica continúan siendo desafíos serios. Muchas personas están convencidas de que la inmigración y el cambio cultural representan una amenaza para su seguridad y forma de vida. La crisis del COVID-19 ha agravado estas ansiedades.
La persistencia de estos temores y frustraciones se reflejó en el resultado de las elecciones estadounidenses. Si bien el presidente electo Joe Biden obtuvo una cifra en las urnas que sobrepasa por más de cinco millones de votos la obtenida por Trump (una ventaja de 3,4 puntos porcentuales), más de 72 millones de estadounidenses aún emitieron su voto a favor del presidente saliente.
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