Este periodo de la historia de Estados Unidos podría registrarse en la historia como el momento en el que el sistema democrático de Estados Unidos para elegir un presidente (el deber más importante de los ciudadanos estadounidenses) se destrozó, y quizás se destrozó para siempre.
Es cierto que la promesa y la premisa central de la Constitución estadounidense (que el pueblo elija al presidente) nunca se ha cumplido del todo. Los aristocráticos Padres Fundadores de Estados Unidos no confiaban en que la plebe (o los esclavos, o las mujeres) eligieran a la persona que debía ocupar el cargo más poderoso de la nación. Por lo tanto, Estados Unidos terminó con un grupo de personas supuestamente sabias (el colegio electoral) que son quienes eligen al presidente.
Bajo la presidencia de Donald Trump, el tema que se cocinó fue si el recuento en el colegio electoral representaba realmente el voto popular en sus Estados. Lo que ha llegado a denominarse “la Gran Mentira” no fue sólo que la elección le había sido “robada” a Trump, sino que también incluyó intentos de legitimar varios medios solapados para intentar revertir el verdadero resultado.
Este periodo de la historia de Estados Unidos podría registrarse en la historia como el momento en el que el sistema democrático de Estados Unidos para elegir un presidente (el deber más importante de los ciudadanos estadounidenses) se destrozó, y quizás se destrozó para siempre.
Es cierto que la promesa y la premisa central de la Constitución estadounidense (que el pueblo elija al presidente) nunca se ha cumplido del todo. Los aristocráticos Padres Fundadores de Estados Unidos no confiaban en que la plebe (o los esclavos, o las mujeres) eligieran a la persona que debía ocupar el cargo más poderoso de la nación. Por lo tanto, Estados Unidos terminó con un grupo de personas supuestamente sabias (el colegio electoral) que son quienes eligen al presidente.
Bajo la presidencia de Donald Trump, el tema que se cocinó fue si el recuento en el colegio electoral representaba realmente el voto popular en sus Estados. Lo que ha llegado a denominarse “la Gran Mentira” no fue sólo que la elección le había sido “robada” a Trump, sino que también incluyó intentos de legitimar varios medios solapados para intentar revertir el verdadero resultado.