

Though the US Federal Reserve’s first interest-rate hike of 2023 is smaller than those that preceded it, policymakers have signaled that more increases are on the way, despite slowing price growth. But there is good reason to doubt the utility – and fear the consequences – of continued rate hikes, on both sides of the Atlantic.
SEATTLE – A menudo la tecnología se presenta como una panacea de los problemas del mundo o una maldición persistente que causa alteraciones y desplazamientos a los más vulnerables, pero históricamente ninguna de estas caracterizaciones es precisa. Desde la máquina a vapor al ordenador personal, los inventos han transformado a las sociedades de maneras complejas. Sin embargo, en su conjunto la tecnología siempre ha creado más empleos y oportunidades económicas que las que ha destruido. Es probable que esta tendencia siga.
¿Por qué mi actitud animada? Porque veo que a mi alrededor los gobernantes están reposicionando sus economías para convertir el cambio tecnológico y la automatización en activos más que pasivos. Como observara hace poco la Comisión Caminos hacia la Prosperidad (Pathways for Prosperity), basada en Oxford, con “optimismo y acción colectiva” las llamadas tecnologías de frontera pueden empoderar hasta a los países más pobres.
Durante gran parte de la historia moderna, la industrialización para las exportaciones y la explotación de recursos naturales se vieron como los únicos mecanismos para un crecimiento sostenido en el mundo en desarrollo. Pero hoy, las nuevas tecnologías y la capacidad de combinarlas con innovaciones pasadas, han dado a la gente más poder sobre sus fortunas económicas.
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