MELBOURNE – Durante el regreso del papa Francisco a Roma desde las Filipinas el mes pasado, les contó a los periodistas sobre una mujer que había tenido siete hijos por cesárea y estaba nuevamente embarazada. Eso fue, dijo, «tentar a Dios». Le preguntó si deseaba dejar a siete huérfanos. Los católicos han aprobado formas de control de la natalidad, prosiguió, y deben practicar la «paternidad responsable», en vez de reproducirse «como conejos».
MELBOURNE – Durante el regreso del papa Francisco a Roma desde las Filipinas el mes pasado, les contó a los periodistas sobre una mujer que había tenido siete hijos por cesárea y estaba nuevamente embarazada. Eso fue, dijo, «tentar a Dios». Le preguntó si deseaba dejar a siete huérfanos. Los católicos han aprobado formas de control de la natalidad, prosiguió, y deben practicar la «paternidad responsable», en vez de reproducirse «como conejos».