Las Vegas shooting David Becker/Stringer

En la mente del asesino en masa

LONDRES – Este fin de semana, Stephen Paddock abrió fuego contra un festival de música country en Las Vegas, Nevada, desde un hotel con vista al predio, asesinando a por lo menos 59 personas e hiriendo a más de 500. Paddock, un ex contador de 64 años sin antecedentes penales, fue encontrado finalmente en la habitación de su hotel, muerto, con unas 23 armas de fuego que incluían más de 10 armas de asalto. La policía luego encontró otras 19 armas de fuego, explosivos y varios miles de cartuchos de municiones en la casa de Paddock. Lo que las autoridades todavía no descubrieron, sin embargo, es el motivo.

Probablemente salgan a la luz más detalles sobre la mentalidad y los objetivos de Paddock en los próximos días. Pero los asesinos en masa conocidos como "lobos solitarios" -agresores individuales sin ninguna vinculación a un movimiento o ideología- no son un fenómeno nuevo, y estos episodios han ofrecido claves importantes sobre las motivaciones y los procesos mentales de los asesinos en masa.

La mayoría de los asesinos en masa no sobreviven a sus propios ataques; o se matan o dejan que la policía haga su trabajo. Pero los que han sobrevivido tienen algunas características comunes. Trastorno de personalidad narcisista y esquizofrenia paranoide son los dos diagnósticos más frecuentes. Ese fue el caso de Anders Breivik, el terrorista noruego de extrema derecha que, en 2011, hizo estallar un coche bomba que mató a ocho personas, antes de dispararle y matar a 69 participantes de un campamento de verano. Breivik sigue preso en Noruega.

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