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Optimizar la toma de decisiones en un mundo peligroso

CAMBRIDGE/NUEVA YORK – Estados Unidos y China han llegado a un momento precario en su relación. Resolverlo en forma pacífica será el mayor desafío geopolítico del siglo XXI. ¿Serán nuestros líderes capaces de hacerlo?

Por el momento, el riesgo parece estar en alza. El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump impuso sanciones económicas a entidades chinas con vínculos financieros con Corea del Norte, porque considera que China tendría que haber hecho más para contener al régimen norcoreano. Y como dijo Trump, sin rodeos, si los chinos no se encargan de Corea del Norte, lo hará él. Mientras el régimen de Pyongyang se acerca a tener un misil con ojiva nuclear capaz de alcanzar el territorio continental de los Estados Unidos, Trump amenazó al país con “fuego y furia como el mundo nunca ha visto”.

China, por su parte, rechaza lo que su ministerio de asuntos exteriores denominó “teoría de la responsabilidad de China” en relación con Corea del Norte. Un editorial publicado hace poco en un periódico oficial chino afirma que Beijing se mantendrá neutral si Corea del Norte ataca primero, pero que si Estados Unidos intenta un cambio de régimen, China tendrá que intervenir. Los chinos también protestaron enérgicamente ante el paso de una nave de guerra estadounidense por aguas disputadas en el Mar de China Meridional, el mes pasado, una acción que el ministerio de asuntos exteriores calificó de “provocación” que “menoscaba seriamente la soberanía y seguridad de China”.

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