Donald Tusk and Theresa May Dan Kitwood/Getty Images

¿Un Brexit hacia la nada?

BERLÍN – La política provoca en todo el mundo emociones fuertes. Parece que ni siquiera los británicos son inmunes, pese a su reputación de perseguir sus intereses con calma y frialdad. Tal vez esa reputación sólo sea un recuerdo del antiguo Imperio Británico. Es evidente que no se aplica al Reino Unido de 2017.

Piénsese en las decisiones políticas que los británicos tomaron en los últimos doce meses. En junio de 2016 decidieron (aunque por estrecho margen) retirarse de la Unión Europea. Y el resultado de la elección general anticipada del mes pasado no hace más que reforzar la impresión de que el pragmatismo británico está en retirada.

La elección (en la que el Partido Conservador perdió la mayoría dando lugar a un hung parliament) da señales de hasta qué punto la clase política británica se ha alejado del resto del país. El RU parece atravesar no sólo una crisis política e identitaria, sino también una crisis de confianza en sus élites políticas y económicas, que comenzó con la debacle financiera global de 2008.

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