op_garten1_PhotoQuestGetty Images_nixoncampdavid PhotoQuest/Getty Images

El día en que EE. UU. reinventó la economía mundial

NEW HAVEN – A las 2:29 p. m. del viernes 13 de agosto de 1971, el presidente estadounidense Richard M. Nixon salió de la Casa Blanca, abordó el helicóptero Marine One y viajó hasta Camp David, donde varios miembros de su gobierno lo esperaban. El Jefe del Estado Mayor, H.R. Haldeman, había organizado la reunión tan solo un día antes y dio instrucciones a todos para que mantuvieran en secreto —incluso de sus familias— dónde estarían. Cuando llegaron Camp David se les ordenó no llamar a nadie fuera de las instalaciones.

De todas formas, el día anterior, uno de los principales asesores de Nixon había anunciado la relevancia de la reunión, sugiriendo que el fin de semana traería consigo «el mayor avance en política económica desde el fin de la Segunda Guerra Mundial». De manera similar, otro asesor, cuando salía de la ciudad, deslizó a un periodista que «Este podría ser el fin de semana más importante en la historia de la economía desde el sábado 6 de marzo de 1933» (el día en que Franklin D. Roosevelt cerró todos los bancos en EE. UU.).

No exageraban. Entre la tarde del viernes y la mañana del domingo, Nixon y seis funcionarios de primer nivel (con el respaldo de nueve funcionarios de alto rango) tomaron una serie de decisiones memorables, que el presidente anunciaría luego en un discurso televisado, rápidamente organizado para el horario de máxima audiencia. Lo vieron 46 millones de estadounidenses —un cuarto de la población—, mientras los ministros de finanzas, los responsables de los bancos centrales y los creadores de mercados, desde Londres a Tokio, se apiñaban alrededor de sus radios.

https://prosyn.org/ttELGf8es