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¿Volverán los desequilibrios globales?

BEIJING – Los futuros libros de historia, dependiendo de quién los escriba, adoptarán uno de dos enfoques para determinar la responsabilidad de la actual crisis económica y financiera.

Un enfoque será culpar la laxitud de las normativas, la política monetaria complaciente y el nivel de ahorro inadecuado en los Estados Unidos. El otro, que ya está siendo promovido por funcionarios estadounidenses actuales y pasados, como Ben Bernanke y Alan Greenspan, culpará a la inmensa reserva de liquidez generada por países con altos niveles de ahorro del Este Asiático y el Oriente Medio. Toda esa liquidez, argumentarán, tenía que ir a algún lugar. Su destino lógico era el país con los mercados financieros mejor desarrollados, Estados Unidos, donde elevó los precios de los activos a alturas insostenibles.

Nótese lo único en que ambos campos están de acuerdo: el desequilibrio del ahorro global –bajo en Estados Unidos y alto en China y otros mercados emergentes- jugó un papel clave en la crisis, al permitir a los estadounidenses vivir más allá de sus medios. Estimuló a los financistas que estaban ansiosos por ganar rentabilidades sobre fondos abundantes a destinar una mayor parte de ellos a un uso especulador. Si hay consenso en un tema, ese es la imposibilidad de comprender la burbuja y el colapso sin considerar el papel de los desequilibrios globales.

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