

From semiconductors to electric vehicles, governments are identifying the strategic industries of the future and intervening to support them – abandoning decades of neoliberal orthodoxy in the process. Are industrial policies the key to tackling twenty-first-century economic challenges or a recipe for market distortions and lower efficiency?
NUEVA YORK – La industria de servicios financieros viene atravesando una revolución. Pero la fuerza motriz no son las aplicaciones sobrevaloradas de blockchain como el Bitcoin. Es una revolución creada en base a inteligencia artificial, grandes bases de datos y la Internet de las Cosas.
Ya hay miles de negocios reales que están utilizando estas tecnologías para alterar cada aspecto de la intermediación financiera. Decenas de servicios de pago electrónico -PayPal, Alipay, WeChat Pay, Venmo y demás- tienen cientos de millones de usuarios diarios. Y las instituciones financieras están tomando decisiones precisas de préstamo en segundos en vez de semanas, gracias a una riqueza de datos online sobre individuos y empresas. Con el tiempo, estas mejoras en la asignación de créditos impulsadas por los datos hasta podrían eliminar las alzas y caídas cíclicas impulsadas por el crédito.
De la misma manera, la suscripción de seguros, la evaluación y gestión de reclamos y el control del fraude se han vuelto más rápidos y más precisos. Y las carteras gestionadas de manera activa cada vez más están siendo reemplazadas por robo-asesores pasivos, que pueden tener el mismo desempeño o inclusive mejor que los asesores financieros súper costosos.
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