Gordon Brown, former Prime Minister and Chancellor of the Exchequer of the United Kingdom, is United Nations Special Envoy for Global Education and Chair of the International Commission on Financing Global Education Opportunity. He chairs the Advisory Board of the Catalyst Foundation.
LONDRES – La decisión del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump de cortar la financiación al Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS o UNRWA por la sigla en inglés) politiza la ayuda humanitaria, amenaza con echar más leña a uno de los conflictos más inflamables del mundo, y pone en riesgo el futuro de medio millón de niños y jóvenes palestinos.
El OOPS, creado para entregar asistencia básica a los refugiados desplazados durante la fundación del estado israelí, provee desde 1949 atención médica, empleo, alimentos y refugio a los desplazados palestinos. En la actualidad, casi dos millones de refugiados reciben de la organización ayuda de emergencia en la forma de alimentos y dinero en efectivo, y cada año millones de personas usan alguna de las 143 clínicas que administra.
Pero la mayor parte del presupuesto del OOPS se destina a la educación de niños y jóvenes, la mitad de ellos en el Líbano, Siria y Jordania, y el resto en Gaza y Cisjordania. El OOPS gestiona unas 700 escuelas, con más estudiantes que cualquier otro organismo de la ONU. Un 75% de la población de la Franja de Gaza recibe alguna forma de ayuda del OOPS, y el 60% de los niños de Gaza entre primer y noveno grado asisten a sus escuelas.
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