La política exterior norteamericana en Oriente Medio experimentó un retroceso importante más este mes, cuando Hamas, cuyo gobierno palestino Estados Unidos había intentado aislar, derrotó por completo a su rival, el movimiento Fatah, en Gaza. En respuesta, Israel cerró las fronteras de Gaza, haciendo que la vida resultara aún más intolerable en un lugar destruido por la violencia, la pobreza y la desesperación.
Es importante que reconozcamos la causa del fracaso de Estados Unidos, porque sigue recurriendo y haciendo que la paz entre Israel y Palestina se torne más difícil. Las raíces del fracaso residen en la creencia de los gobiernos de Estados Unidos e Israel de que la fuerza militar y la represión financiera pueden conducir a la paz según sus propios términos en lugar de aceptar un compromiso según los términos que Oriente Medio, el resto del mundo y, crucialmente, la mayoría de los israelíes y los palestinos aceptaron hace mucho tiempo.
Durante 40 años, desde la Guerra de los Seis Días de 1967, hubo una posibilidad realista para alcanzar la paz: el regreso de Israel a sus fronteras anteriores a 1967, combinado con condiciones económicas viables para un Estado palestino, que incluyera el acceso a rutas comerciales, suministros de agua y otras necesidades esenciales. Con ajustes mínimos y aceptados de común acuerdo en esas fronteras, estos términos permitirían la convivencia pacífica de dos Estados. Quizá las tres cuartas partes de los israelíes y los palestinos apoyan este acuerdo de "tierra por paz", mientras que una cuarta parte aspira a una victoria absoluta sobre la otra parte.
La política exterior norteamericana en Oriente Medio experimentó un retroceso importante más este mes, cuando Hamas, cuyo gobierno palestino Estados Unidos había intentado aislar, derrotó por completo a su rival, el movimiento Fatah, en Gaza. En respuesta, Israel cerró las fronteras de Gaza, haciendo que la vida resultara aún más intolerable en un lugar destruido por la violencia, la pobreza y la desesperación.
Es importante que reconozcamos la causa del fracaso de Estados Unidos, porque sigue recurriendo y haciendo que la paz entre Israel y Palestina se torne más difícil. Las raíces del fracaso residen en la creencia de los gobiernos de Estados Unidos e Israel de que la fuerza militar y la represión financiera pueden conducir a la paz según sus propios términos en lugar de aceptar un compromiso según los términos que Oriente Medio, el resto del mundo y, crucialmente, la mayoría de los israelíes y los palestinos aceptaron hace mucho tiempo.
Durante 40 años, desde la Guerra de los Seis Días de 1967, hubo una posibilidad realista para alcanzar la paz: el regreso de Israel a sus fronteras anteriores a 1967, combinado con condiciones económicas viables para un Estado palestino, que incluyera el acceso a rutas comerciales, suministros de agua y otras necesidades esenciales. Con ajustes mínimos y aceptados de común acuerdo en esas fronteras, estos términos permitirían la convivencia pacífica de dos Estados. Quizá las tres cuartas partes de los israelíes y los palestinos apoyan este acuerdo de "tierra por paz", mientras que una cuarta parte aspira a una victoria absoluta sobre la otra parte.