Traders work on the floor of the New York Stock Exchange Spencer Platt/Getty Images

La complacencia será puesta a prueba en 2018

NEW HAVEN – Después de años de desesperación post-crisis, el consenso generalizado de los pronosticadores hoy es bastante optimista respecto de las perspectivas para la economía global en 2018. Se estima que el crecimiento mundial del PIB es cada vez más sólido, sincrónico y libre de inflación. Los mercados financieros exuberantes no podrían pedir más.

Si bien siento un gran respeto por la comunidad de pronosticadores y el juicio colectivo de los mercados financieros, sospecho que el consenso de complacencia de hoy pasará por una dura prueba en 2018. La prueba podría ser consecuencia de una sacudida -especialmente en vista del creciente riesgo de una guerra caliente (con Corea del Norte) o una guerra comercial (entre Estados Unidos y China) o un colapso de la burbuja de activos (pensemos en el Bitcoin). Pero tengo el presentimiento de que terminará siendo algo mucho más sistémico.

El mundo está preparado para la reversión de tres mega tendencias: una política monetaria poco convencional, la dependencia de los activos de la economía real y un arbitraje global de los ahorros potencialmente desestabilizador. En riesgo están los principios fundamentales que sustentan el optimismo actual. Sospecho que uno de estos pilares de la complacencia, o más de uno, se derrumbará en 2018.

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