wojnar1_ MARCO LONGARIAFP via Getty Images_mozambique woman Marco Longari/AFP via Getty Images

Crisis y anticoncepción

MAPUTO – En la provincia mozambiqueña de Cabo Delgado ha estallado una tormenta perfecta de conflictos: ciclones, COVID-19 y cólera; esta tormenta ha creado una grave – y creciente – crisis humanitaria. Las estimaciones del mes de septiembre muestran que más de 250.000 de las aproximadamente 2,5 millones de personas (el 10% de la población de la provincia) están desplazadas internamente. Más de la mitad de los niños menores de 5 años padecen desnutrición crónica. Además, la provincia de Cabo Delgado ha registrado el tercer mayor número de casos de COVID-19 en el país en octubre.

A consecuencia de que las organizaciones humanitarias están trabajando para proporcionar alimentos, agua y refugio adecuados – nada menos que en medio de una pandemia – la entrega de preservativos y otros anticonceptivos puede que aparente ser una actividad de importancia secundaria. Sin embargo, el hecho de que no se garantice la accesibilidad a herramientas de planificación familiar hoy no sólo profundizará la crisis actual, sino que impedirá que Mozambique alcance su potencial mañana.

Incluso antes de la crisis de hoy en día, las mujeres y niñas de Cabo Delgado ya eran muy vulnerables, debido a factores que iban desde la pobreza hasta normas sociales altamente patriarcales. Esas normas – y la violencia de género (VG) permitida por dichas normas – inhiben la capacidad de las mujeres y niñas para ejercer su libre albedrío y sus derechos, y pueden amenazar, de manera directa, el acceso y el uso de métodos anticonceptivos.

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