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Las lecciones demográficas de Japón para Europa

BRUSELAS – La demografía no determina el destino, al menos no del todo. A lo largo de siglos, las políticas pueden afectar las decisiones de fertilidad, y la migración puede transformar a un país, como lo demuestra la experiencia en Estados Unidos. Sin embargo, en horizontes de tiempo más cortos, las tendencias demográficas deben darse por sentadas, y ellas pueden tener un profundo impacto en el crecimiento. No obstante, los factores demográficos a menudo se descuidan en los informes económicos, lo que genera distorsiones significativas en las evaluaciones de desempeño de los países. En ningún lugar esto se hace esto más evidente que en Japón.

Debido a que la producción real – que es la medida clave del desempeño económico – ha aumentado únicamente en alrededor de un 15% desde el año 2000, es decir en menos de un 1% anual, Japón aparentemente se muestra como la menos dinámica de las principales economías del mundo. Sin embargo, si se tiene en cuenta el perfil demográfico de Japón – la población en edad de trabajar del país se ha estado reduciendo en casi un 1% por año desde el inicio de este siglo – este resultado es sobresaliente.

De hecho, la tasa de crecimiento de Japón por persona en edad de trabajar fue cercana al 2% – una tasa mucho más alta que la registrada en Estados Unidos o Europa. Si bien la economía estadounidense creció más del 35% desde el año 2000, su población en edad de trabajar también creció notablemente, dejando la tasa de crecimiento anual por persona en edad de trabajar en un nivel que sólo se sitúa en alrededor del 1%.

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