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James Madison contra el originalismo

CHICAGO – Las recientes sentencias de la Corte Suprema de Estados Unidos en casos relacionados con las armas de fuego, el aborto, el cambio climático, la soberanía tribal, la religión en las escuelas y la capacidad de las personas individuales para demandar a funcionarios gubernamentales por violaciones de derechos han descorchado un torrente de comentarios sobre el ascenso del “originalismo” entre los seis jueces que componen la mayoría conservadora de dicha Corte. Según el punto de vista originalista, el texto de la Constitución de Estados Unidos significa sólo lo que sus autores pretendían que significará o lo que los lectores en el momento en el que fue escrito habrían entendido que significaba. “La historia triunfa en la Corte Suprema”, declaró un reciente titular. “La Corte Suprema nuevamente le hace una venia de asentimiento a la historia: la tradición en un caso relacionado con la religión”, afirmó otro titular.

Como historiadora y estudiosa del derecho constitucional, me incomoda este encuadre. Es simplemente falso sugerir que la mayoría conservadora de la Corte está haciendo algo que se asemeje a la “historia”.

Los originalistas nos quieren hacer creer que la interpretación constitucional es bastante sencilla. El difunto juez Antonin Scalia, uno de los exponentes más influyentes del originalismo, sostenía que la Constitución “no está viva, sino muerta” y es “perdurable”. La Constitución “hoy significa no lo que la sociedad actual, y mucho menos los tribunales, creen que debería significar, sino lo que significaba cuando se la aprobó”.

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