subacchi42_FILIPPO MONTEFORTEAFP via Getty Images_meloni FILIPPO MONTEFORTE/AFP via Getty Images

El momento de la verdad de la economía italiana

MILÁN – A pesar de las difíciles condiciones globales, a la economía de Italia le ha venido yendo relativamente bien. Después de desacelerarse en el último trimestre de 2022, el crecimiento del PIB repuntó en el primer trimestre de este año hasta alcanzar una tasa anualizada del 1,9%. Sin embargo, aún si el crecimiento se acelerara ligeramente, sigue siendo poco probable que veamos una repetición del desempeño general del año pasado, cuando la economía se expandió un 3,7% -una de las tasas de crecimiento más altas de los últimos 40 años.

El crecimiento del año pasado se debió, en gran medida, a una demanda doméstica robusta, especialmente en relación al consumo privado y a la inversión en propiedades residenciales, que se beneficiaron de créditos fiscales que se introdujeron antes de la pandemia para hacer que el stock residencial cada vez más antiguo de Italia se volviera más eficiente en términos de energía. Al mismo tiempo, se tomaron medidas fiscales que ayudaron a los hogares y a las empresas a preservar su poder adquisitivo frente al alza de los precios de los alimentos y de la energía luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia.

Pero la política fiscal expansionista amplió el déficit presupuestario hasta un voluminoso 8% del PIB, inclusive a pesar de que el crecimiento sólido hizo bajar el ratio deuda-PIB del gobierno a 144% -una caída de 11 puntos respecto de su pico de 2020-. Ahora que se han eliminado muchas de las medidas fiscales, el déficit proyectado ha caído a 4,5% del PIB.   

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