¿Cómo debería reaccionar China ante la desaceleración?

BEIJING – El crecimiento anual del PIB de China disminuyó hasta el 7,6 por ciento en el segundo trimestre de 2012, frente al 8,1 por ciento en el primero y la tasa de crecimiento más baja desde el segundo trimestre de 2009. Los datos del crecimiento recién publicados pueden haber disipado los temores de un aterrizaje forzoso de la economía china, pero no han impedido que muchos se hayan apresurado a sostener que China debe estimular su economía aún más para garantizar un crecimiento anual del ocho por ciento.

Desde comienzos de 2010, el Gobierno de China endureció la política monetaria para contener la inflación y las burbujas inmobiliarias. Gracias a ello, la inflación se redujo en junio al 2,2 por ciento, la más baja de los veintinueve últimos meses, y los precios de las viviendas, sobre los cuales la Oficina Nacional de Estadística ha dejado, lamentablemente, de publicar datos oficiales, parecen estar estabilizándose y pueden haber bajado incluso, aunque moderadamente.

La desaceleración de la tasa de crecimiento de China es, hasta cierto punto, un reflejo del éxito de las medidas adoptadas por el Gobierno para frenar la burbuja inmobiliaria, como también de otras políticas oficiales encaminadas a reequilibrar la economía. La tasa de crecimiento de la inversión en construcción, que representa directamente más del diez por ciento del PIB, se desplomó 16,3 puntos porcentuales en la primera mitad de 2012 con respecto al mismo período del año anterior, lo que provocó una desaceleración de la inversión en muchas industrias conexas, como, por ejemplo, materiales de construcción, mobiliario y electrodomésticos, con lo que el crecimiento anual de la inversión en activos fijos pasó del 25,6 por ciento al 20,4 por ciento.

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