Medical students give a check-up to a Jamaican migrant worker  Spencer Platt/Getty Images

Los costes sanitarios de la reforma tributaria

NUEVA YORK – La reforma tributaria integral promulgada por el Presidente estadounidense Donald Trump el 22 de diciembre de 2017 se puede haber presentado como un regalo navideño temprano, pero para los millones de estadounidenses cuyos índices de salud empeorarán como consecuencia, esta ley parece más bien un costoso elefante blanco.

La Ley de Empleos y Recortes de Impuestos (Tax Cuts and Jobs Act) de Estados Unidos apunta a la atención de salud de tres maneras importantes. Primero, elimina el mandato individual que establecía la Ley de Atención Asequible de 2010 (Obamacare), que impone una penalización tributaria a quienes no poseen seguro de salud. Según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), esta medida por sí sola reducirá la cantidad de estadounidenses con seguros en cerca de 13 millones a lo largo de la próxima década y elevará el promedio de las primas de seguros de salud en cerca de un 10%. Más aún, la eliminación del mandato individual podría significar una disrupción en los mercados de seguros de salud, porque habrá menos personas jóvenes y sanas que lo adquieran.

Segundo, la CBO estima que la ley hará que el déficit se profundice en $1,45 billones a lo largo de la próxima década, lo que podría generar recortes de programas de atención de salud para los adultos mayores, los pobres y las personas con discapacidades, como Medicare y Medicaid. Ya son programas que requieren algunas de las partidas presupuestarias más importantes del gobierno, representando $1 billón en 2016 (un 26% del presupuesto general). Los más vulnerables se verán afectados desproporcionadamente por cualquier recorte en el nombre de la reducción del déficit.

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