BOGOTÁ – Los colombianos estamos muy cerca de poner fin al último y más largo conflicto armado del Hemisferio Occidental. Después de cuatro años de negociaciones con la guerrilla de las FARC, hoy podemos decir que hemos llegado a un punto de no retorno en nuestro propósito de terminar esta cruenta y costosa guerra de más de 50 años.
Todos mis antecesores en la Presidencia, a lo largo de las últimas cinco décadas, han tratado de hacer la paz con esta guerrilla –la más antigua y la más grande en América Latina–, y todos han fallado en el intento.
¿Por qué, en cambio, este proceso de paz ha sido exitoso? Porque ha sido un proceso bien planeado y cuidadosamente ejecutado que solo comenzó en firme cuando logramos ciertas condiciones.
BOGOTÁ – Los colombianos estamos muy cerca de poner fin al último y más largo conflicto armado del Hemisferio Occidental. Después de cuatro años de negociaciones con la guerrilla de las FARC, hoy podemos decir que hemos llegado a un punto de no retorno en nuestro propósito de terminar esta cruenta y costosa guerra de más de 50 años.
Todos mis antecesores en la Presidencia, a lo largo de las últimas cinco décadas, han tratado de hacer la paz con esta guerrilla –la más antigua y la más grande en América Latina–, y todos han fallado en el intento.
¿Por qué, en cambio, este proceso de paz ha sido exitoso? Porque ha sido un proceso bien planeado y cuidadosamente ejecutado que solo comenzó en firme cuando logramos ciertas condiciones.