The Euro symbol outside the headquarters of the European Central Bank Hannelore Foerster/Getty Images

Normalización de la política monetaria en Europa en 2018

BUENOS AIRES – Cuando el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo se reunió el 14 de diciembre, no hubo mucho que sorprendiera a los mercados financieros ya que, en los comentarios públicos, no se podía percibir ningún cambio de política. La reunión anterior, a fines de octubre, ya había preparado el escenario para la normalización de la política monetaria, con el anuncio de que el BCE reduciría a la mitad sus compras de activos mensuales, de 60.000 millones de euros (71.000 millones de dólares) a 30.000 millones de euros, a partir de enero de 2018.

La motivación detrás de la normalización no parece ser el desempeño de la inflación en la eurozona, que sigue sin alcanzar el objetivo de aproximadamente 2% por un margen incómodo. Las expectativas de inflación, si bien aumentaron levemente en los últimos tiempos, también parecen estar ancladas muy por debajo de la meta, a pesar de recientes mediciones de confianza en aumento. Y el propio pronóstico del BCE sugiere que el organismo no anticipa que el aumento de los precios vaya a traspasar el 2% en el futuro inmediato.

¿Qué pasa con la brecha de producción? En sintonía con la Reserva Federal de Estados Unidos, el BCE empujó hacia arriba sus pronósticos de crecimiento. En ese contexto, se puede percibir que la tasa de interés real o R-star va a subir, en tanto la producción se va a acercar a su potencial en una amplia franja de las economías de la eurozona.

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