Indian students queue up at Mithibai College for admission Hindustan Times/Getty Images

Los peligros de la negación demográfica

LONDRES – En todas las economías emergentes, los beneficios de un "dividendo demográfico" se han convertido en un estribillo familiar. Políticos y líderes empresarios por igual -ya sea en la India, Nigeria, Pakistán o Tanzania- hablan elogiosamente de cómo una población de rápido crecimiento y joven creará enormes oportunidades de inversión y alimentará un rápido crecimiento económico. Pero la realidad es que, en muchas economías emergentes, el rápido crecimiento de la población plantea una amenaza importante para el desarrollo económico, y el progreso tecnológico hará que la amenaza sea un mayor.

Por empezar, el término "dividendo demográfico" está siendo utilizado de manera incorrecta. El término, en un principio, era usado para describir una transición en la que los países gozaban de un incremento puntual de la población en edad de trabajar y de una caída significativa de la fertilidad. Esa combinación produce un alto ratio entre trabajadores y dependientes -tanto jubilados como hijos- que facilita que un alto nivel de ahorro respalde una inversión suficiente destinada a impulsar un rápido crecimiento del capital social.

Mientras tanto, una fertilidad que cae estrepitosamente garantiza que la próxima generación herede un gran capital social per capita, y un tamaño familiar reducido hace que resulte más fácil pagar un costo elevado en educación privada o pública por niño, lo que deriva en rápidas mejoras de las capacidades de la fuerza laboral. Corea del Sur, China y algunos países del este de Asia se han beneficiado enormemente de este dividendo demográfico en los últimos 40 años.  

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