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Una alianza democrática para la tecnología avanzada

COPENHAGUE – Uno de los desafíos existenciales que hoy enfrenta el mundo libre es la división tecnológica. La divergencia entre Estados Unidos y la Unión Europea favoreció avances de China y otros regímenes autocráticos en la creación de nuevas herramientas y la institución de reglas y estándares que influirán en muchos aspectos de nuestras vidas, de la economía y de la seguridad por muchas generaciones. El presidente ruso Vladimir Putin no se equivoca: «Quien lleve la delantera en esta esfera [la inteligencia artificial] dominará el mundo».

La agenda del presidente estadounidense Joe Biden para el fortalecimiento de la democracia dentro y fuera de su país presenta una oportunidad para resolver esta falencia estratégica. Las dirigencias a ambos lados del Atlántico deben aprovecharla y crear una alianza tecnológica de democracias para ganar la carrera digital y fijar las reglas internacionales.

En su plataforma electoral, Biden y la vicepresidenta Kamala Harris se comprometieron a convocar durante este año una «cumbre mundial para la democracia». Es una idea excelente, en la línea de la Cumbre de Copenhague por la Democracia que la Fundación Alianza de Democracias viene organizando todos los años desde 2018 (y en la que Biden mismo pronunció el primer discurso principal). Pero la propuesta de Biden deja sin aclarar algunas dudas, por ejemplo el formato de la cumbre, si se invitará a países con modelos de democracia divergentes y qué propuestas de acciones concretas para los participantes podrían surgir de la reunión.

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