Puerto Rico street MARK RALSTON/AFP/Getty Images

El verdadero motor del ciclo económico

CHICAGO – Cada crisis financiera importante deja una marca única. De la misma manera que las crisis bancarias en los siglos XIX y XX revelaron la importancia de la liquidez del sector financiero y los prestadores de último recurso, la Gran Depresión subrayó la necesidad de políticas fiscales y monetarias contracíclicas. Y, más recientemente, la crisis financiera de 2008 y la subsiguiente Gran Recesión revelaron los motores clave de los ciclos económicos impulsados por el crédito.

La Gran Recesión, específicamente, nos demostró que podemos predecir una desaceleración de la actividad económica si analizamos la creciente deuda de los hogares. En Estados Unidos y en muchos otros países, los cambios en los ratios deuda-PIB de los hogares entre 2002 y 2007 tienen una fuerte correlación con las alzas del desempleo de 2007 a 2010. Por ejemplo, antes de la crisis, la deuda de los hogares había aumentado marcadamente en Arizona y Nevada, así como en Irlanda y España; y, después de la crisis, los cuatro lugares experimentaron recesiones particularmente graves.

Por cierto, a través de la creciente deuda de los hogares se podían predecir los derrumbes económicos antes de la Gran Recesión. En su discurso presidencial de 1994 ante la Asociación Económica Europea, Mervyn King, el entonces economista jefe del Banco de Inglaterra, demostró que los países con los mayores incrementos de los ratios deuda-ingresos de los hogares de 1984 a 1988 sufrieron los mayores déficits en el crecimiento del PIB real (ajustado por inflación) de 1989 a 1992.

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