CHICAGO – Antes de la pandemia, las empresas y los trabajadores en todo el mundo utilizaban los correos electrónicos y las llamadas en conferencia para reducir los costos de las comunicaciones. Pero una falta de coordinación hacía que el uso de estas tecnologías resultara extremadamente difícil. Enviar un email era fácil, pero no había ninguna garantía de cuándo la otra persona iría a responder. La gente era reacia a romper con viejos hábitos. Tener una reunión virtual podía ser interpretado por los participantes como que el tema no era particularmente importante. En términos más generales, la baja demanda desalentó el desarrollo de productos y muchas aplicaciones laborales dejaban mucho que desear.
Al obligar a sectores económicos enteros a trabajar de manera virtual, la pandemia del COVID-19 ha resuelto muchos de estos problemas de coordinación que existían antes. Todos en estos sectores han tenido que invertir en nuevas tecnologías y aprender a usarlas. Y con todos en el mismo bote, ya no hay ningún riesgo de que una reunión virtual sea interpretada de manera negativa. Mejor aún, cada semana que pasa, las aplicaciones laborales son cada vez más fáciles de usar.
En Estados Unidos, empresas como Google y agencias de gobierno como la Reserva Federal han adoptado espacios de trabajo virtuales y anunciaron que una cantidad significativa de sus empleados seguirán trabajando de manera remota después de la pandemia. Tiene sentido: las empresas reducen sus costos inmobiliarios y los empleados ganan más flexibilidad en sus horarios de trabajo y en la elección de dónde vivir. Asimismo, menos personas que viajen diariamente al trabajo implica menos contaminación ambiental y congestión urbana.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
After years in the political wilderness, the UK Labour Party is now far ahead in opinion polls, with sensible plans for improving the country's economic performance. But to translate promises into results, any future government will have to do something about the elephant in the room: chronic under-investment.
explains what it will take for any political party to restore hope in the country's long-term economic future.
For the US, Slovakia's general election may produce another unreliable allied government. But instead of turning a blind eye to such allies, as President Joe Biden has been doing with Poland, or confronting them with an uncompromising stance, the US should spearhead efforts to help mend flawed democracies.
reflect on the outcome of Slovakia's general election in the run-up to Poland's decisive vote.
CHICAGO – Antes de la pandemia, las empresas y los trabajadores en todo el mundo utilizaban los correos electrónicos y las llamadas en conferencia para reducir los costos de las comunicaciones. Pero una falta de coordinación hacía que el uso de estas tecnologías resultara extremadamente difícil. Enviar un email era fácil, pero no había ninguna garantía de cuándo la otra persona iría a responder. La gente era reacia a romper con viejos hábitos. Tener una reunión virtual podía ser interpretado por los participantes como que el tema no era particularmente importante. En términos más generales, la baja demanda desalentó el desarrollo de productos y muchas aplicaciones laborales dejaban mucho que desear.
Al obligar a sectores económicos enteros a trabajar de manera virtual, la pandemia del COVID-19 ha resuelto muchos de estos problemas de coordinación que existían antes. Todos en estos sectores han tenido que invertir en nuevas tecnologías y aprender a usarlas. Y con todos en el mismo bote, ya no hay ningún riesgo de que una reunión virtual sea interpretada de manera negativa. Mejor aún, cada semana que pasa, las aplicaciones laborales son cada vez más fáciles de usar.
En Estados Unidos, empresas como Google y agencias de gobierno como la Reserva Federal han adoptado espacios de trabajo virtuales y anunciaron que una cantidad significativa de sus empleados seguirán trabajando de manera remota después de la pandemia. Tiene sentido: las empresas reducen sus costos inmobiliarios y los empleados ganan más flexibilidad en sus horarios de trabajo y en la elección de dónde vivir. Asimismo, menos personas que viajen diariamente al trabajo implica menos contaminación ambiental y congestión urbana.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in