trump xi jinping NICOLAS ASFOURI/AFP/Getty Images

Estados Unidos y China, la enemistad de los semejantes

BERLÍN – Hace mucho se dice que la rivalidad estratégica que comenzó a aparecer entre Estados Unidos y China en años recientes podía algún día convertirse en confrontación. Ese momento ha llegado: bienvenidos a la Guerra Fría 2.0.

El discurso estándar sobre el conflicto sinoestadounidense lo describe como un enfrentamiento entre dos sistemas distintos. Para Estados Unidos, según este análisis, China es una tecnodictadura que ha detenido a un millón de uigures en campos de concentración, reprimido a los cristianos, limitado los derechos civiles y destruido el medioambiente, todo eso a la par de una acumulación de fuerzas militares y amenazas a los aliados de Estados Unidos en la región. Al mismo tiempo, Estados Unidos es para muchos chinos un exponente de intervencionismo e imperialismo, y la guerra comercial del gobierno de Trump no es más que la primera jugada en una competencia general (económica, militar e ideológica) por la supremacía.

Pero es una interpretación errónea. La nueva confrontación sinoestadounidense no se basa en las diferencias entre ambos países, sino en sus crecientes semejanzas. China y Estados Unidos eran el yin y el yang de la economía global, con Estados Unidos en el papel de consumidor y China en el de fabricante; durante años, China redirigió sus superávits a la compra de bonos del Tesoro de los Estados Unidos, siendo así garante de la prodigalidad estadounidense y forjando un vínculo simbiótico que el historiador Niall Ferguson denominó “Chimerica”.

https://prosyn.org/EPHIeiOes