trump g20 SAUL LOEB/AFP/Getty Images

El vaciamiento del G20

WASHINGTON, DC – Mientras se acercaba la cumbre de este año del G20 en Buenos Aires, los observadores estuvieron muy ocupados hablando de la reunión entre el presidente chino Xi Jinping y el presidente estadounidense Donald Trump. Pero tras el anuncio de que también asistiría al evento la actual “bestia negra” del mundo, el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman (MBS), seguido por el ataque naval de Rusia a barcos ucranianos en el estrecho de Kerch, de pronto esa reunión ya no parece tan importante.

Ahora, en vez de abalanzarse a conseguir fotos de Trump y Xi, los medios del mundo estarán diseccionando las interacciones entre MBS (acusado de ordenar la tortura brutal seguida de asesinato del periodista saudita residente en los Estados Unidos Jamal Khashoggi en el consulado saudita en Estambul) y el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan. También serán sometidas a intenso escrutinio las reuniones entre el presidente ruso Vladimir Putin y la canciller alemana Angela Merkel (que ya hubieran sido incómodas incluso sin el reciente ataque en Ucrania).

Se supone que una cumbre del G20 debería ser para otra cosa. Lo que antes era un foro eficaz de gobernanza global ha degenerado hasta convertirse en una especie de teatro kabuki; esto es un fiel reflejo de hasta qué punto el orden internacional perdió el rumbo.

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