NUEVA YORK – Desde mi adolescencia me han fascinado las permutaciones e intrigas de la política nacional. Hoy en día mi interés se centra en tendencias políticas más amplias que también pueden ayudar a explicar cuestiones económicas globales.
Una de esas tendencias es la fragmentación y polarización política de las democracias occidentales. Movimientos extremistas, algunos dentro de las estructuras políticas establecidas, y otros que buscan crear nuevas, están aplicando presiones a los partidos tradicionales, lo que les dificulta movilizar a sus electores y en ocasiones verdaderamente les perjudica. Los partidos viejos, preocupados por no dar una impresión de debilidad, se han vuelto reacios a cooperar con sus opositores.
La consiguiente negativa a trabajar juntos en los principales problemas de la actualidad ha tenido un impacto importante en la política económica. El diseño de las políticas, que solían formularse en el centro político, donde se han posicionado las democracias occidentales desde hace mucho, se está conformando cada vez más por las obstinadas fuerzas de extrema derecha e izquierda.
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Since 1960, only a few countries in Latin America have narrowed the gap between their per capita income and that of the United States, while most of the region has lagged far behind. Making up for lost ground will require a coordinated effort, involving both technocratic tinkering and bold political leadership.
explain what it will take finally to achieve economic convergence with advanced economies.
Between now and the end of this decade, climate-related investments need to increase by orders of magnitude to keep the world on track toward achieving even more ambitious targets by mid-century. Fortunately, if done right, such investments could usher in an entirely new and better economy.
explains what it will take to mobilize capital for the net-zero transition worldwide.
NUEVA YORK – Desde mi adolescencia me han fascinado las permutaciones e intrigas de la política nacional. Hoy en día mi interés se centra en tendencias políticas más amplias que también pueden ayudar a explicar cuestiones económicas globales.
Una de esas tendencias es la fragmentación y polarización política de las democracias occidentales. Movimientos extremistas, algunos dentro de las estructuras políticas establecidas, y otros que buscan crear nuevas, están aplicando presiones a los partidos tradicionales, lo que les dificulta movilizar a sus electores y en ocasiones verdaderamente les perjudica. Los partidos viejos, preocupados por no dar una impresión de debilidad, se han vuelto reacios a cooperar con sus opositores.
La consiguiente negativa a trabajar juntos en los principales problemas de la actualidad ha tenido un impacto importante en la política económica. El diseño de las políticas, que solían formularse en el centro político, donde se han posicionado las democracias occidentales desde hace mucho, se está conformando cada vez más por las obstinadas fuerzas de extrema derecha e izquierda.
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