CAMBRIDGE – Ahora que Donald Trump es el presidente electo de los Estados Unidos y los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, una reforma del impuesto a las corporaciones es inminente. El paquete que se está discutiendo incluye dos elementos importantes: una rebaja del tipo impositivo, del 35% actual a 20% o incluso 15%; y la introducción de un “ajuste en frontera”, algo que suele aplicarse en los regímenes de impuesto al valor agregado (IVA), pero raras veces en los impuestos corporativos.
El ajuste en frontera supone dar un trato diferente a los insumos comprados dentro del país respecto de los importados e incentivar las exportaciones. Las corporaciones ya no podrán deducir de su renta imponible el costo de los insumos importados; al mismo tiempo, los ingresos por exportaciones estarían exentos de impuestos.
La propuesta generó un intenso debate respecto de si mejorará la balanza comercial de los Estados Unidos. Los autores hemos publicado un trabajo sobre “devaluaciones fiscales” y creemos que las perspectivas de éxito de un ajuste en frontera son mínimas, y que puede debilitar considerablemente la posición neta de activos externos de los Estados Unidos.
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The G7 countries may have set out to deter China without escalating the new cold war, but the perception in Beijing suggests that they failed to thread the needle at their recent summit in Hiroshima. It is now clear to all that the United States, its allies, and any partners they can recruit are committed to containing China’s rise.
juxtaposes recent developments and current trends with diplomatic happy talk about a “thaw” in tensions.
The US Federal Reserve is adrift, and it has only itself to blame. Regardless of whether its policy-setting committee announces another interest-rate hike in June, its top priority now should be to address the structural weaknesses that led it astray in the first place.
thinks the US central bank's biggest problem is not the economy but rather its own institutional shortcomings.
CAMBRIDGE – Ahora que Donald Trump es el presidente electo de los Estados Unidos y los republicanos controlan ambas cámaras del Congreso, una reforma del impuesto a las corporaciones es inminente. El paquete que se está discutiendo incluye dos elementos importantes: una rebaja del tipo impositivo, del 35% actual a 20% o incluso 15%; y la introducción de un “ajuste en frontera”, algo que suele aplicarse en los regímenes de impuesto al valor agregado (IVA), pero raras veces en los impuestos corporativos.
El ajuste en frontera supone dar un trato diferente a los insumos comprados dentro del país respecto de los importados e incentivar las exportaciones. Las corporaciones ya no podrán deducir de su renta imponible el costo de los insumos importados; al mismo tiempo, los ingresos por exportaciones estarían exentos de impuestos.
La propuesta generó un intenso debate respecto de si mejorará la balanza comercial de los Estados Unidos. Los autores hemos publicado un trabajo sobre “devaluaciones fiscales” y creemos que las perspectivas de éxito de un ajuste en frontera son mínimas, y que puede debilitar considerablemente la posición neta de activos externos de los Estados Unidos.
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