PARIS – En las democracias, se supone que la justicia es independiente. Sin embargo, algunos fiscales y jueces de instrucción suelen olvidarlo. De hecho, muchos de ellos están profundamente involucrados en política, siguiendo objetivos -y venganzas- propios.
In democracies, justice is supposed to be independent. Some prosecutors and investigating magistrates, however, conveniently forget this. Indeed many among them are deeply enmeshed in politics, pursuing agendas – and vendettas – of their own.
El fenómeno se está volviendo global, y se puede ver en democracias tan diversas como Japón, Italia, Francia, España, Turquía y Argentina. En todos estos países, los fiscales y jueces lanzan acusaciones de corrupción sobre gobiernos y partidos en el poder, acusaciones que por cierto también van en línea de sus propios intereses políticos e institucionales.
PARIS – En las democracias, se supone que la justicia es independiente. Sin embargo, algunos fiscales y jueces de instrucción suelen olvidarlo. De hecho, muchos de ellos están profundamente involucrados en política, siguiendo objetivos -y venganzas- propios.
In democracies, justice is supposed to be independent. Some prosecutors and investigating magistrates, however, conveniently forget this. Indeed many among them are deeply enmeshed in politics, pursuing agendas – and vendettas – of their own.
El fenómeno se está volviendo global, y se puede ver en democracias tan diversas como Japón, Italia, Francia, España, Turquía y Argentina. En todos estos países, los fiscales y jueces lanzan acusaciones de corrupción sobre gobiernos y partidos en el poder, acusaciones que por cierto también van en línea de sus propios intereses políticos e institucionales.