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El renacer de los talibanes

NUEVA DELHI – Parece haber terminado el periodo de calma en el que no hubo ataques terroristas que llenaran los encabezados de los medios de comunicación. Pero, ¿significan acaso el reciente ataque suicida en la base aérea de Bagram en las afueras de Kabul, una instalación militar clave de los Estados Unidos en Afganistán, y el atentado fallido de un coche bomba en Times Square en Nueva York, que la “guerra contra el terror” (una frase que la administración Obama ha evitado deliberadamente) ha reiniciado?

Aunque los Estados Unidos y Occidente pueden haber sentido que la ferocidad del terrorismo yihadista estaba disminuyendo, en Afganistán, Pakistán y la India ese sentimiento de falsa seguridad nunca se arraigó. En efecto, la pregunta en esa parte del mundo no es si la guerra contra el terrorismo puede perder fuerza, sino si Pakistán, que en muchos sentidos se ha convertido en un punto de convergencia del terrorismo islámico, está haciendo todo lo que puede para participar en ella.

A continuación se presenta una simple fórmula para evaluar el enfoque de un país sobre el combate al terrorismo: credibilidad+transparencia+integridad del enfoque= legitimidad y eficacia. Apliquemos entonces esta fórmula a Pakistán.

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