Espiando a Eros

Un clérigo musulmán radicado en Sydney, el jeque Hilaly, recientemente ocupó los titulares de los diarios de Australia con su reflexión pública de que las mujeres inmodestas invitan a la violación porque son como “carne destapada”. Más desafortunada aún fue su inferencia de que ésta había sido la causa de una serie de violaciones en grupo en Sydney en el año 2000, en las que la defensa legal de los atacantes fue que creían que las mujeres estaban sexualmente disponibles porque usaban ropa occidental.

Si bien los líderes musulmanes locales han criticado desde entonces la actitud de Hilaly, el incidente plantea nuevamente el tema de las actitudes frente al sexo en las comunidades “ortodoxas” y cómo se las puede reconciliar con las normas que prevalecen en Occidente.

Mientras tanto, en Estados Unidos, la polémica generada por el espionaje del gobierno de sus ciudadanos parece haberse apagado, principalmente porque la gente hoy está convencida de que su gobierno sólo espiará a los tipos realmente malos.

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