deshpande2_INDRANIL MUKHERJEEAFP via Getty Images_indiafemaleworker Indranil Mukherjee/AFP via Getty Images

¿Son realmente las normas sociales lo que limita al empleo femenino?

NUEVA DELI – En China, la dolorosa costumbre de fajar los pies de las niñas para alterar su forma comenzó en el siglo X y se mantuvo durante un milenio, hasta su prohibición en 1911. Aunque esa práctica en realidad continuó hasta la fundación de la República Popular en 1949, para 1990 la tasa de participación de las mujeres chinas en el mercado laboral había aumentado al 73 %, muy por encima del promedio de la OCDE.

En Europa, durante el siglo XV las mujeres comenzaron a usar corsés, a menudo reforzados con madera, hueso y hasta metal, diseñados para dar al torso la forma de V. La ropa cómoda, con la que es más fácil moverse, solo se puso de moda en el siglo XX; sin embargo, varios países europeos ocupan actualmente los primeros puestos de la clasificación en diversas dimensiones de la paridad intergénero.

Ambas prácticas —vendar los pies y estrechar la cintura de las mujeres— comenzaron en las clases aristocráticas y se propagaron después hacia las clases medias y bajas. Considerando esa trayectoria, no sorprende que la adhesión a las normas de belleza dificulte la participación de las mujeres en el trabajo económico o productivo.

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