buruma206_Leon NealGetty Images_suellabraverman Leon Neal/Getty Images

A través de la bruma inmigratoria

NUEVA YORK – Si no fuera ya un odiado ícono liberal británico, Suella Braverman, ministra del interior del Reino Unido, hubiera consolidado su imagen de fanática nacionalista con su última andanada de declaraciones: a pesar de las críticas que enfrenta en su propio partido, redobló la retórica antiinmigración y antirrefugiados.

Durante un discurso reciente en Washington, Braverman afirmó que el multiculturalismo fue un fracaso en Europa, que la inmigración descontrolada es una amenaza para la civilización occidental y que la Convención de 1951 de las Naciones Unidas sobre el Estatuto de los Refugiados —que el Reino Unido ratificó durante el gobierno de Winston Churchill— quedó desactualizada. Braverman continuó el discurso afirmando que los refugiados perseguidos en sus países de origen por cuestiones de identidad de género o sexual «buscan asilo por motivos falaces», por lo que no se les debe permitir el ingreso a Gran Bretaña.

Fue una combinación de insensibilidad, chivos expiatorios y estupideces. En algunos países se ejecuta a los homosexuales, en otros, las mujeres ni siquiera pueden ir a la escuela. Poca gente seria está a favor de la inmigración «descontrolada». El Consejo Británico para los Refugiados publicó en un informe que el 74 % de quienes lleguen a Gran Bretaña en barco en 2023 serán reconocidos como solicitantes de asilo. El dato se basa en estadísticas compiladas por el Ministerio del Interior, a cargo de Braverman.

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