leonard90_Zhai JianlanXinhua via Getty Images_newdevelopmentbank Zhai Jianlan/Xinhua via Getty Images

La gobernanza de un mundo posoccidental

BERLÍN – Cuando este mes los líderes de la OTAN se congreguen en Vilnius para la cumbre anual de la alianza, demostrarán que la organización, con su unidad renovada en el apoyo a Ucrania, está muy lejos de la «muerte cerebral» que el presidente francés Emmanuel Macron tristemente le atribuyó en 2019. Pero la nueva vitalidad de la OTAN se contradice con un problema más grande: una transformación más amplia, de la que sirve de ejemplo la incapacidad de Occidente para convencer al resto del mundo de que la defensa de Ucrania también le interesa.

En un mundo en el que la dinámica del poder cambia a ritmo acelerado, una revolución silenciosa está remodelando el multilateralismo y deja a Occidente y a sus instituciones cada vez más rezagados. Parafraseando las palabras del ministro de asuntos exteriores de la India, los problemas de Occidente ya no son los problemas del mundo.

Este fenómeno puede resultar sorprendente para quienes cuando terminó la Guerra Fría apostaron al poder transformador de las instituciones de gobernanza internacional post‑1945. El instinto de Occidente fue recalcar la naturaleza universalista de estas instituciones y ampliar su alcance. Se esperaba que subir a los países recalcitrantes al barco les quitaría deseos de hundirlo. La idea era que con tiempo suficiente, se convertirían en lo que el entonces subsecretario de Estado de los Estados Unidos Robert B. Zoellickdenominó «partes interesadas responsables».

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