Richard Haass, President of the Council on Foreign Relations, previously served as Director of Policy Planning for the US State Department (2001-2003), and was President George W. Bush's special envoy to Northern Ireland and Coordinator for the Future of Afghanistan. He is the author, most recently, of The Bill of Obligations: The Ten Habits of Good Citizens (Penguin Press, 2023).
NUEVA YORK – No salta a la vista, pero Corea del Norte podría llegar a ser lo mejor para la relación entre Estados Unidos y China, desde el colapso de la Unión Soviética. Independientemente de si se llega o no a concretar o no este potencial beneficio, no es difícil de entender por qué existe.
La relación sino-estadounidense contemporánea nació casi medio siglo atrás, sobre la base de una preocupación compartida respecto a la amenaza que representaba la Unión Soviética para ambos países. Fue un caso de libro de texto que ilustró el viejo adagio: “El enemigo de mi enemigo es mi amigo”.
Tal relación podría haber sobrevivido a casi a cualquier situación – excepto a la desaparición del enemigo común. Y, por supuesto, esto es precisamente lo que sucedió debido al final de la Guerra Fría en el año 1989 y la desaparición de la URSS a principios de 1992.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in