strain8_Klaus VedfeltGetty Images_wageincrease Klaus Vedfelt/Getty Images

El mito del estancamiento de los ingresos

WASHINGTON, DC – Suele darse por sentado que la desigualdad y el estancamiento de los ingresos son una amenaza importante y cada vez mayor contra el logro de la prosperidad compartida en los Estados Unidos. Muchoseconomistas, periodistas, líderes empresariales y dirigentes políticos (tanto republicanos como demócratas) creen que para una proporción importante de las familias estadounidenses, el ingreso real (tras descontar la inflación) lleva décadas estancado, y que la desigualdad de ingresos (la diferencia entre las familias de más y menos ingresos) ha crecido en forma sustancial estos últimos años.

Pero una observación sencilla puede restar verosimilitud a la afirmación de que los ingresos llevan décadas estancados. Basta comparar lo que consume un hogar típico en 2022 con lo que consumía, digamos, en 1992. Avances en atención médica, automóviles más seguros, la difusión del teléfono inteligente, videollamadas con amigos y familiares, electrodomésticos de mejor calidad son algunos ejemplos de las considerables mejoras del consumo logradas en estas décadas. ¿Pudo este progreso material coincidir realmente con un estancamiento del ingreso?

La intuición y el conocimiento anecdótico pueden servir a veces para estimar tendencias económicas, pero también pueden llevarnos a error. Felizmente, para aclarar la cuestión, podemos apelar a las estadísticas que publicó el mes pasado la Oficina de Presupuesto del Congreso de los Estados Unidos (un órgano no partidario que actúa como árbitro de los debates sobre política económica en el país). Estas confirman que lo que suele darse por sentado es un error.

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