buruma145_Photo by Chen MengtongChina News ServiceVCG via Getty Images_cohen testimony Chen Mengtong/China News Service/VCG via Getty Images

Lamer la bota que te patea

NUEVA YORK – Ver a Michael D. Cohen, el ex abogado y autoproclamado “solucionador de problemas” del presidente norteamericano, Donald Trump, prestar testimonio ante el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara Baja fue un espectáculo digno de presenciar. Allí estaba un hombre que fue contratado por Trump para comportarse como un gángster. Y lo hizo a la perfección. Cuando The Daily Beast iba a informar sobre acusaciones de la primera esposa de Trump, Ivana, de que su marido la había violado, Cohen le rugió al periodista que trabajaba en la historia: “Entonces te advierto, ten mucho cuidado, porque lo que te voy a hacer va a ser muy desagradable. ¿Me entiendes?”

Ese periodista no fue el único. El trabajo de Cohen consistía en amenazar a cualquiera que se interpusiera en el camino de su antiguo jefe. Les mintió a las comisiones parlamentarias, les pagó a prostitutas para que no hablaran de sus asuntos con Trump y mucho más.

Cohen, que pronto empezará a cumplir una sentencia a prisión de tres años, se ha convertido en lo que los mafiosos (y Trump) llaman una “rata”. Al atestiguar contra su antiguo jefe en el Congreso, Cohen ni parecía ni sonaba como un matón. Rememoraba un tipo de persona muy diferente. Cualquiera que haya pasado tiempo en el patio de una escuela lo reconocerá: el debilucho que anda con el hostigador fanfarrón, obedeciendo sus órdenes y, al mismo tiempo, siendo humillado constantemente. Con sus ojos y su boca floja de perrito lastimado, Cohen también juega ese papel a la perfección.

https://prosyn.org/mdgTRk4es