CAMBRIDGE – Hace cinco décadas, el mayor problema macroeconómico de Estados Unidos era la alta inflación, que promediaba más del 6% en los años 70 y se elevó hasta el 10% a finales de dicha década. Luego llegó Paul Volcker, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos designado por el presidente Jimmy Carter en el año 1979 y ratificado en 1983 por el presidente Ronald Reagan.
En 1981, es de amplio conocimiento que Volcker doblegó a la inflación a través de una política de altas tasas de interés. El hecho de que se ciñó a esta política a pesar de enfrentar una recesión, convenció a los mercados financieros, las empresas y los hogares de que la Reserva Federal haría lo que fuera necesario para garantizar una inflación baja y estable.
Muchos años después, este fuerte compromiso por parte de una persona de altísimo rango encargada de la formulación de políticas monetarias puede haber servido como modelo para Mario Draghi, cuando, en su calidad de presidente del Banco Central Europeo en 2012, se comprometió a “hacer lo que sea necesario” para preservar el euro. Sin duda, el éxito de Draghi en esa misión explica la razón por la que acaba de convertirse en primer ministro de Italia.
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Despite the dire predictions that have accompanied the decline of global governance, less international cooperation does not necessarily mean disaster. In fact, national governments can prioritize domestic prosperity and social cohesion over multilateralism without harming the global economy.
explains how countries can help the global economy by pursuing their own economic-policy agendas.
Although Russia's war in Ukraine has galvanized Polish society and elevated the country's status internationally, it is also obscuring some deeply troubling domestic political developments. Whether liberal democracy will prevail over reactionary authoritarianism in Poland is now an open question.
about recent domestic and geopolitical developments that will shape the country's future.
CAMBRIDGE – Hace cinco décadas, el mayor problema macroeconómico de Estados Unidos era la alta inflación, que promediaba más del 6% en los años 70 y se elevó hasta el 10% a finales de dicha década. Luego llegó Paul Volcker, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos designado por el presidente Jimmy Carter en el año 1979 y ratificado en 1983 por el presidente Ronald Reagan.
En 1981, es de amplio conocimiento que Volcker doblegó a la inflación a través de una política de altas tasas de interés. El hecho de que se ciñó a esta política a pesar de enfrentar una recesión, convenció a los mercados financieros, las empresas y los hogares de que la Reserva Federal haría lo que fuera necesario para garantizar una inflación baja y estable.
Muchos años después, este fuerte compromiso por parte de una persona de altísimo rango encargada de la formulación de políticas monetarias puede haber servido como modelo para Mario Draghi, cuando, en su calidad de presidente del Banco Central Europeo en 2012, se comprometió a “hacer lo que sea necesario” para preservar el euro. Sin duda, el éxito de Draghi en esa misión explica la razón por la que acaba de convertirse en primer ministro de Italia.
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