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India: ya no más esposada a la historia

NUEVA DELHI – Un reciente dictamen judicial ha revelado las fortalezas y limitaciones de la India mientras el país forcejea con su transformación de una tierra esposada a la historia –desde la Partición de 1947,  que esculpió a Pakistán de sus espaldas encorvadas- en un gigante moderno global.

El Tribunal Superior del estado más poblado de la India, Uttar Pradesh, finalmente se expidió sobre un juicio de 61 años por la posesión de un lugar disputado en la ciudad templo de Ayodhya, donde, en 1992, una multitud vociferante de extremistas hindúes derribaron la mezquita de Babri Masjid. La mezquita fue construida en los años 1520 por el primer emperador mogol de la India, Babur, en un sitio que, según las creencias tradicionales, había sido el lugar de nacimiento del rey-dios hindú Ram, el héroe de la épica de 3.000 años, el Ramayana. Los fanáticos hindúes que destruyeron la mezquita prometieron reemplazarla por un templo a Ram, vengando así 500 años de historia.

La India es una tierra donde la historia, el mito y la leyenda se superponen; a veces los indios no pueden determinar la diferencia. Muchos hindúes sostienen que la mezquita Babri Masjid estaba en el preciso lugar del nacimiento de Ram y había sido levantada allí por Babur para recordarle a un pueblo conquistado su sometimiento. Pero muchos historiadores –la mayoría de ellos hindúes- sostienen que no existe ninguna prueba de que Ram alguna vez haya existido en forma humana, mucho menos que hubiera nacido donde dicen los creyentes.

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