WASHINGTON, DC – La pandemia del COVID-19 no terminará realmente hasta que todos tengan acceso a las vacunas, inclusive la gente en los países más pobres. La vacunación mundial ofrece la mejor esperanza para detener la propagación de infecciones, salvar vidas y proteger supervivencias. La gente no puede alcanzar su potencial hasta que pueda volver a estudiar, trabajar, viajar y socializar con la confianza de que está a salvo del COVID-19.
Distribuir vacunas de manera más generalizada, por lo tanto, es una necesidad urgente. La pandemia ha agravado la desigualdad ya que los más pobres y los más vulnerables fueron los más afectados. En los países en desarrollo, las mujeres, los niños, los pobres y los trabajadores del sector informal han pagado un precio extremadamente alto cuando el COVID-19 les arrebató el sustento, cerró las aulas e impidió un gasto social urgente.
Las demoras para iniciar los planes de vacunación en los países en desarrollo están profundizando la desigualdad global y dejan a cientos de millones de personas mayores y vulnerables en una situación de riesgo. Sigo instando a los países con suficientes suministros de vacunas para sus ciudadanos más vulnerables a que liberen sus dosis adicionales lo antes posible para los países en desarrollo que ya cuentan con programas de distribución.
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Distribuir vacunas de manera más generalizada, por lo tanto, es una necesidad urgente. La pandemia ha agravado la desigualdad ya que los más pobres y los más vulnerables fueron los más afectados. En los países en desarrollo, las mujeres, los niños, los pobres y los trabajadores del sector informal han pagado un precio extremadamente alto cuando el COVID-19 les arrebató el sustento, cerró las aulas e impidió un gasto social urgente.
Las demoras para iniciar los planes de vacunación en los países en desarrollo están profundizando la desigualdad global y dejan a cientos de millones de personas mayores y vulnerables en una situación de riesgo. Sigo instando a los países con suficientes suministros de vacunas para sus ciudadanos más vulnerables a que liberen sus dosis adicionales lo antes posible para los países en desarrollo que ya cuentan con programas de distribución.
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