BERKELEY – Las recientes acusaciones de fraude contable y manipulación bursátil lanzadas por Hindenburg Research (una firma neoyorquina especializada en venta al descubierto) contra el multimillonario indio Gautam Adani sorprendieron a muchos en el mundo financiero. Lo sucedido es un necesario llamado de atención para quienes vaticinan un ascenso de la estrella india en el firmamento económico mundial conforme se apague la de China.
Las acusaciones han puesto de manifiesto algunos de los problemas sistémicos (a menudo inadvertidos) que aquejan a la economía de la India, en particular la desigualdad extrema y la concentración empresarial. Una pequeña franja de la economía produce bienes con uso intensivo de capital y habilidades para satisfacer las demandas de los ricos, al tiempo que la mayoría de los demás sectores sufre demanda insuficiente y falta de productividad, lo que da lugar a baja inversión agregada y alto desempleo.
La riqueza económica en la India se encuentra concentrada en manos de unos pocos conglomerados. Marcellus Investment Managers calcula que las veinte empresas más rentables de la India generaron el 14% del total de ganancias corporativas en 1990, el 30% en 2010 y el 70% en 2019. Todo indica que la tendencia ascendente se debió al poder de mercado y no a innovaciones o grandes mejoras de la productividad; y algunos comentaristas consideran que la desigualdad corporativa es un factor de la desconexión entre el mercado accionario indio y la economía real.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
For decades, US policymakers have preferred piecemeal tactical actions, while the Chinese government has consistently taken a more strategic approach. This mismatch is the reason why Huawei, to the shock of sanctions-focused American officials, was able to make a processor breakthrough in its flagship smartphone.
warns that short-termism will never be enough to offset the long-term benefits of strategic thinking.
With a democratic recession underway in many countries, one now commonly hears talk of democratic “backsliding” on a global scale. But not only is that term misleading; it also breeds fatalism, diverting our attention from potential paths out of the new authoritarianism.
thinks the language commonly used to describe the shift toward authoritarianism is hampering solutions.
Ashoka Mody
explains the roots of the lack of accountability in India, highlights shortcomings in human capital and gender equality, casts doubt on the country’s ability to assume a Chinese-style role in manufacturing, and more.
BERKELEY – Las recientes acusaciones de fraude contable y manipulación bursátil lanzadas por Hindenburg Research (una firma neoyorquina especializada en venta al descubierto) contra el multimillonario indio Gautam Adani sorprendieron a muchos en el mundo financiero. Lo sucedido es un necesario llamado de atención para quienes vaticinan un ascenso de la estrella india en el firmamento económico mundial conforme se apague la de China.
Las acusaciones han puesto de manifiesto algunos de los problemas sistémicos (a menudo inadvertidos) que aquejan a la economía de la India, en particular la desigualdad extrema y la concentración empresarial. Una pequeña franja de la economía produce bienes con uso intensivo de capital y habilidades para satisfacer las demandas de los ricos, al tiempo que la mayoría de los demás sectores sufre demanda insuficiente y falta de productividad, lo que da lugar a baja inversión agregada y alto desempleo.
La riqueza económica en la India se encuentra concentrada en manos de unos pocos conglomerados. Marcellus Investment Managers calcula que las veinte empresas más rentables de la India generaron el 14% del total de ganancias corporativas en 1990, el 30% en 2010 y el 70% en 2019. Todo indica que la tendencia ascendente se debió al poder de mercado y no a innovaciones o grandes mejoras de la productividad; y algunos comentaristas consideran que la desigualdad corporativa es un factor de la desconexión entre el mercado accionario indio y la economía real.
To continue reading, register now.
Subscribe now for unlimited access to everything PS has to offer.
Subscribe
As a registered user, you can enjoy more PS content every month – for free.
Register
Already have an account? Log in