La luz de esperanza que irradia el vuelo MH370

MELBOURNE – El misterio desgarrador del vuelo 370 de Malaysian Airlines, que desapareció el 8 de marzo con 239 personas a bordo, puede ser parcialmente resuelto en unos pocos días más. Los vehículos de búsqueda submarina están siendo teledirigidos en una zona de pocos kilómetros de ancho ubicada en la inmensidad del Océano Índico meridional, a unos 2.000 kilómetros al noroeste de Perth.

Aquí es donde, probablemente, el Boeing 777-200 se quedó sin combustible y se estrelló, según el análisis de la empresa Inmarsat del Reino Unido y de los expertos británicos en señales horarias que se envían automáticamente desde la aeronave al vehículo espacial en órbita de Inmarsat. Lo que es aún más prometedor es que este también es el lugar donde el pasado 5 de abril y los días subsiguientes un “localizador pinger” estadounidense remolcado por el Ocean Shield, un buque de la armada australiana, recogió señales que se supone que provienen de las radiobalizas de localización que se encuentran adjuntas a los registradores de datos de vuelo de la “caja negra”.

Las autoridades australianas de defensa que en la actualidad coordinan la búsqueda continúan aseverando que descubrir restos, que probablemente se encuentren a 4,5 kilómetros (2,8 millas) de profundidad en un remoto lecho del mar, será como “encontrar una aguja en un pajar”. Y, que obviamente cualquier operación de recuperación posterior llegará a ser un gran desafío. No obstante, las autoridades están seguras de que, al menos, han encontrado el pajar.

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