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Libertad para estar gordo

LONDRES – La clásica película de terror de 1981 El club de los monstruos, protagonizada por Vincent Price, Donald Pleasance y John Carradine como monstruos, incluía un repertorio de caníbales, vampiros, hombres lobos, profanadores de tumbas y un ser híbrido denominado“shadmock”. Entre ese grupo de inadaptados, la única marginada era un chica normal, pero gorda.

No fue en Hollywood donde se inventó el concepto de monstruo gordo. En 1770, un molinero inglés llamado Thomas Wood pasó a ser la primera celebridad de la pérdida de peso del mundo. Wood, que promovió la “guerra abstemia”, era conocido como “el Monstruo Molinero”. A los 43 años, padecía obesidad, junto con artritis, gota, indigestión y “sed incontenible” (posiblemente diabetes), además de una depresión al borde del suicidio.

Pero Wood se transformó “de un monstruo en una persona de tamaño normal; del estado de hombre enfermizo, decrépito, viejo, pasó al de una salud perfecta, con el vigor y la actividad de la juventud” siguiendo una dieta descrita en el libro de Luigi Cornaro La vida de Cornaro, de 1558. Sus clientes tenían en gran concepto a Wood, quien visitaba a sus admiradores y los deleitaba con historias de personas gordas que sufrían muertes horribles.

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