Many curled US 1 dollar bills on edge PM Images/Getty Images

La nueva fase de las finanzas

WASHINGTON, DC – La década posterior a la crisis financiera mundial ha sido, cuando menos, turbulenta. Es cierto, no ha estallado una gran guerra, y mal que bien hemos evitado los errores que se cometieron durante la Gran Depresión, mismos que, en la década de 1930, llevaron a un mayor proteccionismo, quiebras bancarias, austeridad severa y un entorno deflacionario. Sin embargo, las renovadas tensiones en el mercado indican que estos riesgos no se han erradicado, ni se han disimulado.

En cierto sentido, la historia de la crisis financiera de 2008 comienza el momento en que se creó el orden global a partir de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial. Iniciativas, como ser las instituciones de Bretton Woods (el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional), el Plan Marshall y la Comunidad Económica Europea respaldaron la reconstrucción de porciones significativas de la economía mundial. A pesar de la Guerra Fría (o, quizás debido a ella), estas instituciones también reanudaron el proceso de globalización que la Segunda Guerra Mundial había detenido.

Este proceso de globalización se interrumpió a fines de la década de 1960 y comienzos de la de 1970, debido a la Guerra de Vietnam, la suspensión de la convertibilidad del dólar estadounidense en oro, la crisis del precio del petróleo de 1973 y la gran estanflación. Sin embargo, Estados Unidos y el Reino Unido atravesaron por una especie de revolución conservadora y una reactivación de las políticas económicas neoliberales, incluyéndose entre ellas una desregulación generalizada, la liberalización del comercio y una apertura, sin precedentes, de la cuenta de capital.

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