La apertura del juicio de Slobodan Milosevic en La Haya es un actual recordatorio de qué tan devastadores pueden ser los resultados de tal violencia terrorista. El presidente Bush puede o no haber sido descuidado con su retórica cuando llamó a Irak, Irán y Corea del Norte un "eje del mal", pero estuvo en lo correcto al señalar los muchos eslabones ocultos de la cadena terrorista global. En esa cadena hay un eslabón que es al parecer pequeño pero vital, el terrorismo en los Balcanes, el cual ha seguido floreciendo ante los ojos de la OTAN y de la ONU.
La apertura del juicio de Slobodan Milosevic en La Haya es un actual recordatorio de qué tan devastadores pueden ser los resultados de tal violencia terrorista. El presidente Bush puede o no haber sido descuidado con su retórica cuando llamó a Irak, Irán y Corea del Norte un "eje del mal", pero estuvo en lo correcto al señalar los muchos eslabones ocultos de la cadena terrorista global. En esa cadena hay un eslabón que es al parecer pequeño pero vital, el terrorismo en los Balcanes, el cual ha seguido floreciendo ante los ojos de la OTAN y de la ONU.